Inventario

Cerrado un capítulo nefasto, aprendí a hacer cuentas de cosas, de personas, de sitios, de sueños,m de esperanzas, de todo lo que tengo y quiero tener, de lo que es el presente y lo que, posiblemente será el futuro.

Tengo:

Cuatro amigos hombres en los que confío, los que me siguen y me acompañan, a los que quiero con toda mi alma aunque a veces no se los diga, o pero aún aunque nunca se los haya dicho. Lenfant (una de las almas más lindas que he conocido), Maquido (sabiduría, terquedad y discusión con corazón) y Saizem (una sonrisa y un sabio silencio)...y My Precious Thing que es antes que nada mi mejor amigo, pero que más allá de eso es mi pareja, mi presente, mi futuro, mis sueños y mi fortaleza.

Tengo una amiga mujer, que siempre, desde que la conozco, está conmigo, con la que pasamos las duras y las maduras, con la que peleamos a pesar de amarnos...Tengo una Salida desde hace ya casi 10 años.

Tengo una madre que es cómplice, compinche, alcahueta, amorosa y con la que adoro arruncharme una tarde de sábado o una mañana de domingo.

Tengo un gato, que es como mi hijo, es mi catalizador de energía, el centro donde reposan la ternura, el cariño y algo de la violencia. Tengo varias marcas de sus cariños en mis manos.

Tengo la edad de no se sabe, la que no es vieja, pero tampoco es joven, la que aun le falta mucho por vivir, pero ya ha vivido bastante. Tengo casi los 28 regularmente vividos, con una infancia lenta y productiva, una adolescencia depresiva y una "madurez" que aun no se define.

Tengo la certeza de lo que amo y lo que no, la certeza de lo que me gusta y lo que no, la tranquilidad de mirar a los ojos y reconocerlo.

Tengo tres enemigos, todos viven cerca, dos hombres y una mujer...aun no sé si el canalla del paseo fui yo o siguen siendo ellos... Tengo calma y solo oraciones para ellos, yo sigo mi vida y ellos, espero, sigan la de ellos.

Tengo unos sueños y unas ilusiones, quiero conocer las Islas Griegas, Brasil y Bolivia antes de morir, recorrermelos de palmo a palmo, sentir el sol, comer sus platos que a mi débil estómago pueden destruir, quiero ver su gente, sentir su olor, tocar lentamente la tersura o extrañeza de sus pieles, pero sin llegar a los límited.

Tengo el anhelo de llevar a mi madre en un recorrido por la península Ibérica, por sus mares, sus pueblos y ciudades, por sus paellas y sus arroces, brincando de emoción en los campos floridos, tiritando juntos de frío cuando arrecie el invierno.

Tengo miedos y paranoías, aun siento las punzadas de las agujas, temo el calentamiento febril de mi cuerpo.

Tengo, esperanzas y fe...

Tengo....