sábado, mayo 20, 2006

Sensaciones en la tierra del dulce cantar

Estando en esta tierra, entre la selva y el río, entre la selva y el mar, vi, sentí, escuché cosas maravillosas, cosas increibles, cosas que solo pasan de esta lado del universo.



Vi ríos que cambian de color de un metro a otro, del ambarino al verde, del verde al blanco, del blanco al café y del café al mar.



Escuché a personas llamarse Fulton, Yulton, Orninton, Sonny, Omny, Usnavy, Joddys y a pueblos llamarse Yuto, Opogodó, Munguidó, Jampapa, Obapo, Gengadó,Yesca...y escuche a la gente llamarlos de otra forma para no confundirse, para poder pronunciarlo.

Sentí la alegría de la gente en las calles día y noche, a pesar de la lluvia, a pesar de la zozobra que a veces se vive.

Sentí mi ropa humedecerse por el calor que todo lo cubre bajo un cielo blanco y pesado, un cielo que comienza a caerse en gigantescas gotas.

Vi muchas Vanesas Alexandras Mendozas (para quien no lo recuerde fue la primera reina negra de Colombia), más altas, más delgadas y de ojos verdes, azules y grises, pero de piel color cobre, sonrisa inmaculada e increible belleza.

Entendí que una cosa es el horario para el resto de los mortales y otra cosa el horario chocoano, que puede oscilar un par de horas después del que marcan el común de los relojes y se deja influenciar por el clima, el deseo, el amor y la música entre otros factores.

Saboree con gusto una exótica pizza Atrateña, delgada mezcla de harinas quesos y salsas acompañadas por gigantescos trozos de longaniza.

Vi como la selva se confunde en un momento con el mar y allí, en su confluencia vi delfines saltar al sonido de una avioneta, que a su vez era rodeada por cientos de gaviotas.

Vi al mar desaparecer lentamente de una bahía, dejando libres millones de humedecidos granos de arena, por donde luego correrían los niños en busca de jaibas, camarones y cangrejos que en la mañana despertaron abruptamente sin el cobijo de las olas.



Vi al mar regresar igual de calmo, llenándolo todo e inundando los espejos de agua de los ríos con sus olas poco saladas pero igual de cristalinas, llenas de peces sierra, pargos y atunes que se venden en el mercado a bajo precio.



Entendí porqué los cementerios siempre están cubiertos de espesa vegetación y casi devorados por la selva: porque si los limpian la muerte viene en la búsqueda de más personas.

Entendí también a que se refieren los quibdoseños cuando dicen que se van a "rumbear la plata del hospital". Hablan de una discoteca que, según ellos, fue construida con la plata que un gerente del hospital municipal se robó de lo que le correspondería a ese centro asistencial por varios años...y es una enorme discoteca, allí, en medio de la selva, con aire acondicionado y otros lujos.

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