domingo, enero 30, 2005

Bytes like feels

Una pantalla que cambia de color cada dos segundos, miles de kilobytes reproduciéndose aceleramente, creando imágenes, alterando sentidos, excitando, hiriendo, ilusionando, enfermando, calcinando, mintiendo, engañando, exagerando bellezas, tamaños fálicos, colores de piel, matices de ojos, edades y estaturas...la noche avanza, los ojos comienzan a cerrarse, pero el alma se aferra a las letras, a ideas sueltas que rápidamente el cerebro encadena.

Un millar de personas presente, cientos de palabras por minuto, exclamaciones, propuestas, sugerencias, nada en concreto, nadie conocido, nadie real, nadie tangible, solo espectros, fantasmas, símbolos, caracteres, alter egos desfilando en una pasarela inútil, llena de vistosas plumas y lentejuelas, de latex y cuero, de ataduras y mordazas.

Un saludo procaz que se olvida y me obliga a cerrar la ventana, un saludo caluroso que invita a proseguir la charla...quién será éste con nombre de héroe, y éste más que parece tan común y corriente, dónde estará aquel que podrá decirme en realidad quién soy ahora que no soy de nadie...tendré que mentir para continuar con la charla, fingir un poco de atención a algunas palabras absurdas...tendré que decir que me pareció fantástico establecer conexión con alguien mientras va llegando el alba, sencillamente seré sincero, cerraré las ventanas, apagaré este pc y me iré a dormir con la misma soledad en casa de otros, observando la ciudad por los vidrios de un alto edificio pensando, quién, ¿quién bajo esas luces tendrá ahora el turno?

Antes de que ello pase, finalmente unos carácteres cautivan mi atención, no me es fácil presindir de una imagen, mi cerebro actúa rápidamente, un par de frases bien escritas, un poco de interés cultural, un poco de sinceridad e inocencia, más que un cordero, menos que alguien adulto, justo en el limbo, dan ganas de saber cómo suena, a qué suena, cuáles son los sonidos que usa para huir como dice que lo ha hecho...es dificil sentir, al menos un poco de curiosidad, de ansiedad de saber quién és... se soluciona rápido, con un número telefónico que se digita en la pantalla, un número teléfónico que llega a la velocidad que permite la fibra óptica...y allí está si voz, varonil pero frágil, nerviosa pero fuerte, sincera pero misteriosa...larga charla, dice mucho, se atropellan las palabras, aparece un maybe en mi mente, maybe dejar atrás tantas personas, tantas sensaciones que quiero olvidar, un empezar de ceros, un volver a creer...

la pantalla se apaga, también el teléfono, me queda retumbando en el oído aquella voz, cuándo vernos, quizás algún día...quizá nunca...


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