miércoles, abril 27, 2005

Abandono de corazones

Hay personas que poseen casas y mansiones, palacios y jardines y nunca se ocupan de ellos, nunca hacen nada por cuidarlos y les importa poco en qué estado se encuentran.

Hay personas que tienen mascotas en su casa, mas nunca les dan de comer, no los acarician ni les demuestran afecto.

Hay personas que son dueñas de los corazones de otros, mas los desprecian, los rompen impunemente, y poco les importa la suerte con la que corren, la sangre que derraman, el llanto expulsado, el vacío que sienten.

Yo no sé si sea dueño de algún corazón completo, sólo sé que tengo acciones en unos cuantos, de seres a los que de verdad quiero, por los cuales me preocupo y de algunos más a los que ensalzo con palabras vanas solo para obtener lo que deseo (podría pensarse que esa también es una forma de afecto). Precisamente ahora mi corazón no tiene dueño, está parcelado en partes desiguales en donde se mezclan afectos, deseos y necesidades, a veces, casi siempre hay dos accionistas que se disputan la mayoría en la sociedad, uno trata de lograrlo con palabras bonitas y caricias a mi piel (EL), el otro lo logra en ocasiones con su mirada perdida y frágil y sus llamados de niño necesitado de mí (Pbonito). Mas no sé a quién cederle ese derecho, no sé siquiera si en realidad desee cedérselo a alguien con todo y el papeleo sentimental que ello conlleva, con las cláusulas que ser dueño representa, las mismas cláusulas que el dueño generalmente pasa por alto, olvida un buen día y uno, mísera propiedad abandonada a su suerte, termina sin saber qué destino tomar, resquebrajándose por dentro, llenándose de telarañas, con filtraciones en el techo que se hacen lágrimas en los ojos.

Por estos días he visto que un ser renunció a ser dueño de alguien, de ese Pbonito a quien tanto estimo y que ya no sé si quiero…su dueño devolvió las llaves sin darse cuenta que no es tan fácil deshacerse de un corazón como si abandonara una casa, los sentimientos no se han borrado de él, y las caricias que le dio seguramente siguen tatuadas en su piel, al igual que los besos y las palabras que provocaron las fisuras en su alma…yo siempre he estado allí, como ese invasor en espera de que el terreno esté baldío, mas hoy que lo está no sé si ocuparlo, sabiendo que los pasos fantasmas de ese otro dueño seguirán rondando por allí, sabiendo que tengo puesta la caparazón y el candado y no tengo muchas ganas de entregarle sus llaves a nadie… no sé qué clase de contrato podamos ofrecernos, ni si seamos capaces de ser dueños mutuos uno de otro…por ahora me limito a leer la letra menuda de la documentación que me ofrece la cercanía que tiene conmigo, a tratar de conocer su corazón y dejarle ver el mío, tal vez en algún momento terminemos negociando una parcelita en su piel y un campito de flores en mi alma.

2 Comentarios:

A la/s 1:48 p. m., Blogger hoffen dijo...

Yo creo que nadie es "dueño" de nadie, aunque se que usas esa palabra solo para denominar a la pareja. Es mejor estar tranquilos, sobretodo cuando no hay certeza de lo que sientan los demás.

 
A la/s 11:07 a. m., Blogger Monchis dijo...

Hola Elías,

He seguido con atencón tus relatos como los capítulos de una Novela y la forma como dibujas tus amores EL y Pbonito.

Nadie es completamente nuestro dueño, pero hay veces que quisíeramos abandonarnos en otros brazos, otras pieles y otras voluntades superiores a la nuestra.

No pensar, solo desear y sentir.

Saludos,

 

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