lunes, febrero 28, 2005

momentos de placer, instantes de deseo

“Sigue por mi cintura su pierna, está para mis brazos su espalda”. Se quedó en mi mente esa frasecita de un poema de Fernando Molano, ese que estaba en Todas mis cosas en tus bolsillos, el mismo libro que ayer en la tarde no pude encontrar para mostrarle un par de líneas que quería se quedarán grabadas en su mente, como en la mía. No hizo mucha falta, total su pierna se ató a mi cintura, mis brazos sostuvieron su espalda por largo rato, sin importar el cansancio...debe ser ese torrente de adrenalina que junto a las feromonas y al sudor se alborotan cuando estás sintiendo placer, cuando estás entrando lentamente, despacio, con deleite, en la piel de otro, cuando inundas sus confines con tu cuerpo, con tu aliento, cuando cada poro se abre lentamente al rozar de su lengua tibia y húmeda, cuando pareciera no haber suficiente aire para tantos suspiros, para inhalar y exhalar poco a poco.

Sigue por mi cintura su brazo que se aferra a mí. Sigue por sus labios mi lengua tratando de extraer todas las gotas de su néctar. Siguen por sus ojos mi cuerpo, mis manos que lo rozan, que lo siguen descubriendo, que investigan qué le pasa a sus poros cuando los toco. Siguen por el pasillo las camisas, los pantalones y otras cosas que estorban, que no hacen falta, que nos impiden acercarnos más, que me alejan de la tersura del durazno, del sabor agridulce de su abdomen, del mullido centro de su cuerpo, del lugar en el que explota con solo tocarlo, del lugar en el que pide calma, del lugar que controla sus emociones, del lugar en el que pierde el miedo, del lugar en el que el miedo se convierte en placer, la seriedad en sonrisa, la mirada esquiva en brillo…

Sigue sobre mi cama el deseo, en mi mente el recuerdo, y en mis labios un poco de su saliva, mientras mi cuerpo aún se pregunta por qué no pasa lo que los dos queremos.

viernes, febrero 25, 2005

Y pasa

Y pasa, pasa que aquel sabor a miel y coco vuelve a pasar por mis papilas, que vuelvo a sentir una erección cuando su voz viril me dice que se muere por verme, que le hago falta, que su cuerpo sigue siendo mío, que a su piel le hacen falta mis caricias, el calcinar de mi fuego. Y pasa, pasa que horas más tarde saboreo con deleite otro cuerpo, me dejo seducir por otras caricias, una ternura insolente, una sonrisa de luna llena, y pasa, pasa que lo llevo a EL en mi cabeza, mientras esa piel deseada de mi PARCERITO BONITO duerme plácidamente sobre mi, pero también me pasa, que cuando EL aparece en el teléfono es otro quien me lleva a las nubes.

Si, no puedo negar, cuando se propone usar las palabras adecuadas logra recordarme que es sexo, es carne, es penetración, es lujuria, es caricia calcinante y es esperma que inunda, logra hacerme entender que parte de mí le pertenecerá por siempre, logra hacerme creer que me lleva en su sangre, en su vida, que soy lo que siempre deseó tener y que un día se le escapó de las manos, logra hacerme dudar de esta lucha que llevo por destronar a otro del corazón de mi joven amante, logra despertar mis instintos, y al menos, de momento logra desviar mi atención de esa loca obsesión de los últimos días. Mas su recuerdo es débil, es sinónimo de pasado y de hastío, no sugiere aventura ni nada nuevo, si lo hace en cambio este aventurero joven que me incita a la fuga nocturna, a invadir su espacio, a romper las reglas de su hogar, a penetrar su castillo, a rodearlo con mis brazos hasta el amanecer, a saborear su piel ambarina, a navegar en sus besos, a reconocer los confines de su sexo, a sumergirme en su encanto, a servirle de postre en el alba, a no permitir que nos invada el sueño.

Y pasa, que amanezco cobijado por su piel, sin conocer el éxtasis pero regocijado en su afecto, sin conocer sus pensamientos más profundos ni sus futuras decisiones hacia mí, pero invadido por su aroma de pétalos de rosa, sándalo y gloria. Y pasa que es tanto lo que siento que ya no sé ni lo que siento.

martes, febrero 22, 2005

Sentir, sentir, sentir, felicidad, dolor, hastío

Y ya había decidido no llamarlo, ahogar mis deseos de verlo, de escuchar su voz, resignarme a aceptar la derrota en esta batalla, iniciar la deconstrucción de ese mito en que se ha convertido, hacer caso omiso a sus señales, admitir que tiene dueño, un dueño con el que quiere estar, un dueño que conoce esas partes de su piel que para mi aun están vetadas, un dueño que SI es su dueño, dueño de su alma. No, no sé entonces por qué demonios me busca, no sé entonces qué es lo que siente por mí, aunque allí, en ese frío sábado aún quedaban esperanzas, estaban cómodas allí en mi corazón, cuando salí de ver parte de mi reflejo en la pantalla grande, cuando me sentí con la voz cortada, el silencio apabullándome y la misma melodía de Damien Rice rondando por mi cabeza

I can´t take my eyes off of you
I can´t take my eyes off of you
I can´t take my eyes off of you


Y allí estaba de nuevo su señal, su llamada, su búsqueda tras un día de silencio, y allí estaba yo, temblando de ansiedad, confirmándole una cita no pedida, recogiéndolo un sábado en el portal de su aula, observando con delirio su esquiva belleza, sin saber cómo tocarlo, cómo llamarlo, sintiéndolo lejano, muy lejano, tratando de incluirlo en mis planes, de traerlo a mi mundo, de llevarlo a mi cielo, tratando tal vez de no caerme solo de esa nube en la que él me había subido.

Un té en casa, unas caricias robadas, un intento de convencerlo de quedarse conmigo no fueron suficientes, en su teléfono apareció su dueño y con él la ruptura de todas las posibilidades de tenerlo junto a mí; si, como cuando se acaba un turno donde el médico y debes marcharte porque ya está en la puerta otro paciente, como cuando tocan a tu cuarto de hotel y te dicen que el tiempo se acabó y hay alguien esperando la habitación; así se fue esa noche, vaciló un poco, titubeo al decir que no podía quedarse, entre dientes sugirió querer quedarse, mas volvía a llamarlo su dueño.

Con la noche vino el ruido, llamadas que llegaban para confirmar la diversión, el licor y la música. EL apareció por allí y pese a mi insistencia en no dejar que su voz se colara por mi teléfono, finalmente logró encontrarme y sólo halló un oído cansado de sus murmullos, mi corazón latía feliz por un PARCERITO BONITO y no me dejaba prestarle atención a nada más. Supongo que EL dijo muchas cosas y que yo simulé respuestas para todo lo que dijo, mas su charla trivial de negocios, facturas y atavíos no cautivó mi atención, descubrí entonces que ya, definitivamente, había acabado su tiempo en mi alma, en mi mente, en mi vida, y mientras me hablaba mi cabeza seguía anclada en el último beso de ese que ya tiene dueño.

Contar mi historia un par de veces antes de entrar a De Película, sentirme apoyado por mis amigos, temer encontrarme frente a frente con EL y que no me viera lo suficientemente feliz, extrañar a mi PARCERITO BONITO y no tenerlo allí, en medio de esa multitud cubierta por plumas y lentejuelas, reír hasta el cansancio por una felicidad que no sabía de dónde venía, encontrarme con mi corderito de belleza perversa que se abrazó a mí con cariño, descubrir que también era pasado, otro nombre que apuntar a la lista de conquistas, besos y sexo, así avanzó el tiempo hasta llegar a la media noche y con ella mis ganas de llamarlo, de saber qué estaba haciendo, en brazos de quién estaba, mas llegó primero su llamado a mí, su fiel esclavo, servidumbre humana a sus pies, a mí, que salí corriendo a la puerta del lugar a buscarlo, para ver su cara de orfandad, esa sonrisa que me desarma, sus brazos caídos por el cansancio de tanto caminar, y sus ojos centellantes al verme, esos mismos ojos que no me dejan ver más allá, que me llenan de confusión…si, si, él asume que es él quien está confundido entre dos fuegos, y yo, yo tampoco sé qué hacer, qué camino seguir, si seguir amándolo o poner de nuevo el candado aquel que a veces pienso no debí dejar que filtrara nada.

No, no pensé nada de eso mientras me besaba con pasión entre la multitud, mientras mezclaba el néctar de sus labios y los míos con un poco de ginebra y tónica, mientras mecía su cuerpo junto al mío al ritmo de algún DJ de música queer, no, no pensaba en eso mientras sentía su lengua jugueteando dentro de mi boca, erizando mi paladar y su mano acariciaba mi espalda, mientras mi sexo se inflamaba al contacto de mi ropa humedecida por el sudor con su abdomen casi desnudo, no, no pensaba en eso, sólo sentía, al fin y al cabo eso es lo que le he estado pidiendo todo este tiempo, que sienta y deje de pensar. No, no pensé en el puñal que son las palabras, las mismas que se enredaron en su pecho cuando le dije que lo quería que quería tenerlo a mi lado para siempre, las mismas que calló con otro más de sus tibios besos ante los ojos atónitos de los amigos de EL.

Si me preguntaran a qué sabe la felicidad diría que a sus besos del sábado, que cómo se siente, diría que como me sentí esa noche y cómo se ve, le diría a Fernanda que nos describiera esa noche, “un par de niños lindos con cara de idiotas enamorados y ojos brillantes”. Estando allí, en ese instante creí que todo podía ser eterno, nos creí invencibles, fuertes, yo único dueño de su alma, liberador de su esclavitud, poseedor de su tiempo y su espacio, capaz de dejarlo en libertad por tener la certeza de que volvería a mí, como nunca me sentí con EL, con él siempre estaba al borde. Si, si, sé que PARCERITO BONITO tiene dueño, pero algo muy adentro me hace sentir que siempre volverá, y aquella noche nunca se marchó de mi lado, en cambio antes del amanecer se aferró a mí, unió sus labios a los míos, me calcinó con su aliento, me recorrió con sus manos de artista, frotó contra mi la potencia de su sexo, ofreció su pecho a mis manos que lo acariciaron lentamente, saboreando palmo a palmo sus formas, mientras el néctar de nuestros labios resbalaba por la garganta, mientras los corazones latían tan rápido que era posible sentirlos al simple roce de nuestras tetillas erizadas, era posible sentirlo cuando besaba su cuello y se aferraba a mi espalda.

Pero tuvo que llegar el sol, y con él la verdad que la oscuridad ocultó por momentos, su necesidad de desenredar el nudo en la cabeza, su miedo a hacerme daño, a hacerle daño a su dueño, a hacerse daño a sí mismo. Amanece un nuevo día, me da un beso en la mejilla cuando lo dejo frente a su castillo, me agradece por quererlo y me deja a la deriva, al principio de una vía que no sé a dónde lleva, yo sólo quiero quererlo, pero tal vez él ya no quiera.

Y una vez más me pregunto, ¿de qué vale ser especial, de qué vale mi maldita perfección si soy demasiado perfecto para tener a quien quiero, para anclarme definitivamente en su vida, para hacerlo dejar a su dueño, para obligarlo a sentir y no a pensar? ¿o será acaso que el blanco color de mi piel y mi falta de acento me hacen ser imperfecto para su alma?


Entradas y salidas del alma


El viernes PARCERITO BONITO aprendió contabilidad, supo sobre inventarios, activos, pasivos, entradas y salidas, y hoy yo empiezo a pensar que igual que en los inventarios, en mi alma entran y salen cosas, personas y sentimientos: Es extraño pero ayer él entró y salió varias veces y hoy estoy haciendo esfuerzos grandísimos para que todo lo que lo relaciona salga del todo, quiero expulsarlo, cada vez hace más cosas que me obligan a desaferrarme, quiero hacerle más caso a mi razón que a mi corazón, entender que este ser camaleónico que me ha atado en las últimas semanas no va a dejar que lo lleve a mi paraíso, entender que no puedo concebir un ser que un día hace sacrificios por mi, al siguiente me escribe puñales que aseguran que no quiere ni puede volver a verme, y una hora más tarde me llama desde el frente de esta fortaleza pidiéndome verme, recordándome un rato después que es ajeno.

No, no quiero seguir siendo presa de su forma de tratarme, de sus deseos de momento, de su incapacidad de definir antes mis ojos qué es lo que siente. Lo peor de todo es que, como bien me lo dijo un Rey hace tiempo, el mismo que olía a cúrcuma y a especias de la India, el mismo que me envolvió con su olor, cuando estamos amando a alguien todo lo demás parece insulso, insignificante, pálido, sin gracia. Ahora me pasa igual, con todo y las ganas de superarlo no lo logro. En estos días han aparecido otra vez viejos amores, nuevas conquistas, unos cuantos corderos insistentes, EL, un primer amor, y no sirve de nada, cierro su ventana de charla, rechazo sus llamadas, no tiene sentido nada más que él, tal vez porque es como ese Rey que nunca dejé de amar, un rey con unos cuantos años más, menos perfecto quizá, o simplemente un espejismo que hoy ha entrado y salido de mi alma y que justo cuando había decidido echarlo a la basura llama a pedirme buscarlo, y me hace tragar las palabras, la voluntad, el orgullo, me hace dejar todo a un lado para irme a luchar su abrazo, a robarle un beso que da solo a medias, poco antes de hacerme entender una vez más que tiene un dueño a quien ama, a quien debe mucho, a quien respeta y por quien decidió no volver a verme, poco antes de clavarme un puñal y asegurarse de que mi corazón quedó lo suficientemente roto como para no insistirle de nuevo.

Ahora, que empiezo de nuevo a sacar de mi inventario los momentos hermosos, que apunto en el debe las partes de su cuerpo que no fueron mías, las palabras que no dijo, los sentimientos que tal vez no tuvo, me pregunto ¿con qué activos entraré ahora en el mercado del amor? ¿será que aun tiene algo que ofrecer este puto corazón de puta? Solo espero que este PARCERITO BONITO no venga de nuevo a acecharme, porque si lo hace es posible que en su paso ya no deje ninguna acción para poner en la bolsa.

lunes, febrero 21, 2005

Aproximaciones a una alegría

Y empieza mi carrera, bajarme de un avión cuando justo cae el sol, mirar el reloj, pensar en qué podrá pasar cuando me encuentre justo en el portal de su aula, qué palabras son aquellas que se atraviesan por su mente y quiere expulsar por sus labios cuyo néctar ya he probado. Si, todo es un carrera en este día, tomo el primer taxi que veo frente al aeropuerto, ruego a Dios por llegar temprano y poder cumplir con todo el itinerario y le pido al conductor que sea lo más veloz posible en medio del tráfico de la ciudad.

Mientras el tiempo corre, mi corazón late a millón y mi mente recuerda fragmentos de nuestra última cita, pedazos de su sonrisa y restos de sus caricias, pienso que cuando empecé a escribir esta historia, mi historia, lo hice con el único fin de expulsar letra tras letra todo lo que me aferraba a EL, de borrar con mis escritos ese sexo que aun quedaba tatuado sobre mi piel, y sin embargo poco tiempo después apareció este PARCERITO BONITO a revolverlo todo, a hacerme sonreír, a montarme en la nube y lanzarme de ella, a hacerme correr para ir a verlo, y acá voy. Entonces, me digo, y si de pronto todo esto tiene un final trágico, y si me siento en el portal de su aula a esperarlo y mientras tanto este cielo gris que amenaza con ser negro estalla en marejadas de lluvia y mientras lo espero él no llega y me mojo eternamente, me da una pulmonía y en dos días muero. Sería un triste final para alguien? Tal vez simplemente sea otro final para esta historia, pero un final al fin y al cabo, un final certero, porque ahora no sé cuál otro podría ser el final.

Llego a su portal, toda la gente sale de clases, y es demasiado temprano aún para desesperarme, el reloj sigue corriendo y mi mente sigue pensando en miles de Y si, y si de repente no quiere verme y prefiere tomar un atajo para salir por otra puerta, y si de repente viene a verme con su dueño, para demostrarme una vez más que pese a su cercanía me es ajeno, y si su profesor decide que la clase debe ir hasta media noche, y si de repente esta tarde no asistió a clase, se fue a donde su dueño y tras unir sus pieles se quedó dormido y olvidó su cita. Duele, duele mucho esa posibilidad, mas es una posibilidad que existe, y qué siempre existirá, al menos mientras él siga siendo su dueño.

Justo cuando comienzo a pensar en las vicisitudes del amor, aparece allí, un poco más serio que de costumbre, hablando por su teléfono móvil. Me da un frío apretón de manos, sigue hablando con una de sus amigas, otra más que dice que quiere conocerme, pero que lastimosamente esta noche no podrá acompañarnos, sus ojos brillan, suelta el teléfono, hablamos de un par de cosas, un taxi nos lleva a nuestro destino, y mientras avanza el tiempo siento que no sé que siento, que no sé que siente, llega una niña con rostro de sol a acompañarnos en la ruta y entonces, mi PARCERITO BONITO decide que quiere tomarme fotos allí en el taxi, y parece que algo mágico lo hubiera poseído, se llena de energía, me enseña una y mil veces su sonrisa, se toma fotos conmigo, me toma fotos a mí, a su amiga conmigo, a los tres juntos. Pero la sesión no acaba allí. Sigue en el Teatro, en su puerta, frente al vendedor de dulces, cuando llega su otra amiga que sonríe, cuando llega mi amiga Hope con su amorcito, la misma Hope que me dice que a mi PARCERITO BONITO le brillan los ojitos cuando me ve, se le ve en los ojos lo que siente y que es tan así que por eso me abraza todo el tiempo.

Mientras los cuerpos danzan en el escenario, mi mano está buscando su mano en los asientos, quiero sentirlo, quiero tomarlo de la mano, pero tengo miedo y él tiene frío, busca un poco de calor con sus manos, le ofrezco mi bufanda, y justo cuando quiero entregársela acaricia mi nariz y es allí cuando tomo su mano, y aunque intenta soltarse, finalmente la deja allí, atada a la suya, sobre sus piernas, mientras suspira, mientras se acelera su pulso, mientras algo pasa allí dentro, tal vez lo mismo que lo motiva a abrazarme con fuerza en el ascensor que nos lleva a mi apartamento, lo mismo que lo pone a dudar entre darme un beso en los labios o en la mejilla en el mismo ascensor y frente a sus amigas.

Volvemos a casa, mamá lo abraza con cariño y luego, en secreto, me dice que le encanta su sonrisa, que no sabe qué tiene ese niño pero le parece formidable para mí. Tomamos galletitas con leche, vemos la tele, reímos de cualquier cosa, y luego en un pequeño pasillo que lleva a mi cuarto me pide acompañarlo, intento robarle un beso, en principio se torna esquivo y yo estoy temeroso de ser descubierto por unos cuantos visitantes a mi casa, mas ya nada importa, finalmente allí se abraza a mi y una vez más me ofrece el néctar de sus labios, la calidez de sus caricias por mi espalda, las mismas que me ofrece camino al busecito rojo que lo llevará a su casa, las mismas que se alejan cuando le digo que lo extraño los días en que no está a mi lado, las mismas que se convierten en un abrazo y un beso tibio en la mejilla antes de irse en esta noche, dejándome sin saber qué pasará mañana, qué sentirá mañana, si serán puñales o flores sus palabras, si será vida o muerte esta alegría.

jueves, febrero 17, 2005

Puñal-beso-espina-caricia-aguijón-abrazo: Amar a un parcerito bonito

Alguna vez había pensado que querìa ser libre, volar con libertad sobre todos los cuerpos, tal vez hasta mirarlos con desdén, prohibirme desear y ser esclavo, mas hoy, maldita sea, soy su esclavo, víctima y verdugo. Debo andar midiendo cada paso, temiendo que el siguiente sea en falso, temiendo que se suelte de mi mano o que yo mismo caiga para siempre por un precipicio sin fondo.

Sí, ya escrituré mi corazón, tal vez incluso lo lapidé; el suyo sigue con miedo de firmar las escrituras, sólo ha escrito algunas letras, bueno, fueron muchas en realidad, si, si, las que labró con sus suspiros, sus abrazos y sus besos. Ahora me quiero culpar, me siento culpable de que esta relación se comporte como una babosa, avanza tres pasos un día y al siguiente se devuelve dos, y esos dos son los que me quitan la vida, los que lo regresan al lado de su dueño. Cada paso que yo doy afuera es una oportunidad para que él vuelva a tenerlo. Es tan dificil esta conquista que debo ser mas que avezado pirata, debo atraerlo lo suficiente para que quede prendado de mí y para que además se sienta obligado a abandonar a su dueño. Si, sè que quiero romper un corazón para evitar que se rompa el mío, y qué, quién dijo que el amor es un juego justo?, quién dijo que cuando se entrega siempre se recibe?, si claro, yo si quiero recibir, el néctar de sus labios, la tibieza de sus caricias, esas cosas que decidió ofrecerme 60 horas atrás cuando creí que iba a ser larga e infructuosa la espera, cuando parado al frente del portal de su aula temí no volver a verlo, y explotar allí, quedarme roto sobre una vía en construcción, con las gotas de sangre confundidas con el lodo que arrastran las máquinas.

Mas allì estuvo, simulando no buscarme, pero sonriendo tímidamente al verme. Faltaban palabras, era difícil hablar cuando había dicho que no quería verme, cuando había admitido que el hecho de no verme la otra noche le había obligado a intentar perder su interés en mí, era difícil hablar cuando supe que un paso en falso, una última carta para firmar en la oficina y la falta de monedas en mis bolsillos me habían puesto frente a una derrota que en este momento no quiero tener.

Bastaron dos copas de vino, un par de cuadros extraños, una galería atestada de snobs, un intento de besarlo en el ascensor, su brazo tendido sobre mi hombro bajo la lluvia, para sentir que ya estaba allì, en la salita de star de su alma, aunque lo niegue, aunque sus labios musiten otra cosa, los mismos que más tarde me acusaron de revolverle la vida, de confundirlo, de ponerlo a pensar y hacer su vida feliz e intranquila, de instarlo a traicionar a su dueño, los mismos que dijeron que soy mágico y que centésimas de segundo después se fundieron con los míos, me dejaron probarlo, sentirlo, acariciarlo y comenzar a amarlo, me permitieron hacerlo volar un poco, tender este puente que no permitiré que ellos mismos destruyan.

Si, es que son ellos, sus labios en complicidad con sus dedos los que clavan puñales, mientras sus ojos estallan de felicidad al mirarme, mientras su respiración se altera, mientras suspira aceleradamente cuando me abraza. Y no permitiré que vuelvan a conspirar, me aseguraré de poner mis manos sobre las suyas y mis labios en los suyos, para que no hagan nada contra lo nuestro.

Aquella noche hablé demasiado, dessenfundé mi teoría egoista de no negar lo que sentimos y lo que pensamos por el hecho de tener dueño, prometí que voy a hacerlo feliz y prometí cumplir mi promesa. No, no soy solo promesas, hoy quiero que sean realidades, tan reales como ese beso que tatuó en mis labios mientras el último busesito rojo que va hacia el sur salía de la estación.

Hoy estoy lejos, y él lo está más, ayer volví a dar un paso en falso, sintió celos, si, esos que se sienten cuando alguien sale con un viejo amor o un nuevo amigo, y entonces, otra vez regresó a su celda, y amaneció sin ganas de verme, en cambio yo, acá al lado de los morichales ansío tenerlo entre mis brazos y cuento las horas para estar de nuevo esperándolo frente al portal de su aula.

i´ll always be waiting for you

martes, febrero 15, 2005

Corazón de Puta

Si, suena terrible y se lee peor, pero qué le puedo hacer si es cierto, no, no, también lo pensé, pero no es un corazón ninfómano el que tengo, porque no es que se entregue así porque si, por puro placer no más, como si le gustara mucho que lo golpearan, lo ultrajaran y lo dejaran vuelto pedacitos…no, mi corazón no es masoquista, o bueno si, si lo es pero no por placer, es más bien un corazón de puta, se vende al mejor postor, se entrega por unas cuantas palabras bonitas, por una sonrisa efímera que no se alcanza a dibujar perfectamente a través de una llamada telefónica, se entrega también por un par de abrazos que parezcan sinceros, si, solo con eso, solo con que parezcan serlo, con eso ya se entrega, se abre de par en par si me dan una caricia cálida, si le ofrecen una larga vida de amor a mi lado, si hacen desfilar por mis oídos canciones cargadas de emotividad y erotismo, si me muestran un poco de inocencia y ternura aun en medio del más evidente engaño.

Si, si, es ciego además y hasta tonto, no se fija en los defectos, sólo en las cualidades, y no hace caso a señales ni a premoniciones, sólo toma aquellas que le convienen para crear miles de historias, no sabe cobrar, generalmente entrega y entrega y a la hora de pedir cuentas se llena de lágrimas frente a sus verdugos, se hace una laguna a su alrededor y palpita rápidamente, mostrando qué tan frágil es.

Tal vez sea así porque le hace falta afecto, busca de hombre en hombre aquel que le dé un poco de cobijo, si, si una mantita para guarecerse del frío de las noches de esta ciudad, una mantita que tenga adosada una piel tibia, dorada, una mente paciente e inteligente que diga palabras bonitas para hacerlo latir, y un sexo vivo, siempre dispuesto a hacerme acelerar las pulsaciones.

Claro, allí radica parte del asunto, parte de la causa de la prostitución de mi corazón, ya me lo decía Joan que el suyo y el mío son muy similares por ese aspecto, y es ahí donde se quedan como esclavos del mismo pasajero de siempre, si, eso sólo pasa algunas veces, pero la verdad él siempre está buscando nuevas emociones, ese tipo de usuarios, de verdugos, de tormentos que le hagan saber que está vivo, porque además a mi corazón de puta le gustan las emociones fuertes, treparse todos los días en una montaña rusa, sentirse desfallecer, quedarse sin aliento, pedir auxilio a gritos, para luego, luego estallar de emoción, en carcajadas o en marejadas de llanto, a punto siempre del colapso. No, detesta la calma, el saber siempre donde dar el siguiente paso, debe ser por eso que mantuvo tanto tiempo aprisionado a EL, porque con EL nunca se sabía qué iba a pasar, si me quería o no, si su sexo se anclaba en mí pensando en mí, amándome a mí o con su mente en otro lugar, mi corazón después de mucho tiempo se cansó de latir por El, de prestarle sus servicios, y en el intermedio alcanzó a ilusionarse con un par de corderos, un agente informático y unos cuantos angelitos empantanados, pero siempre volvía a EL… pero ahora, ahora mi corazón de puta, ha tenido la mala idea de dejarse seducir, si, si, otra vez, otra vez y como hacía mucho, y esta vez está seguro que lo van a estallar contra una pared, que lo van a dejar tan roto, tan roto que ninguna costurera, ni de alta costura ni de ninguna clase, podrá dejarlo disponible otra vez como para volver a prestar sus servicios. Pero eso no le importa, al fin y al cabo, dice, que en eso consiste su vivir, en hacerme sentir que allí en medio de mi pecho sigo estando vivo, un poco roto, pero vivo.

lunes, febrero 14, 2005

Montaña Rusa

Será porque mi corazón últimamente está latiendo más rápido, o porque últimamente mi cerebro está codificando otros sonidos, otros olores, otras acciones, no sé por qué será, pero de un tiempo para acá vengo sintiendo que estoy en una montaña rusa, sentimental y mental ante todo. En un ir y venir de pensamientos y de sentimientos, si, claro, la mayoría tienen que ver con mi PARCERITO BONITO, que hasta a Fernanda le pareció bonito, con su sonrisa de monalisa.

Es extraño, hay días en que me levanto justo en la base, a punto de estallar en llanto, furioso conmigo mismo por sentir lo que estoy empezando a sentir, cuando me había jurado ponerle un candado pesado a mi corazón, como esos que adornan algunos portones en La Candelaria, en Mompox o en Cartagena, así, un candado pesado que no dejara a nadie entrar allí, pero no, por la misma cerradura se vino a colar este niñito de ojos saltones y allí se instaló.

Entonces, rechazo el hecho de pensarlo tanto, reviso una y mil veces la lista de cosas que han pasado, las palabras que me ha dicho, aquellas que ha callado porque dice no poder decir, y empiezo a subir la cuesta, a treparme en la nube, algo me dice que si me subo allí me caeré y me romperé en pedacitos, pero otra parte de mi, esa que palpita y palpita rápidamente cuando por mi cerebro pasa su nombre, o cuando en la pantalla del teléfono aparece, o cuando su voz me da un saludo repentino, esa me dice que siga adelante, que de pronto la meta está más cerca de lo que pensaba, que puede ser delicioso el dolor del golpe si en la caída recuerdo al menos uno de sus abrazos.

Y allí comienzo, a excusar lo que siento, a respaldar cada cosa que pienso tomando retazos de conversaciones, de gestos y miradas suyas, de acciones que considero un buen soporte para seguir ascendiendo, entonces me digo que si me quiere, que hay deseo allí. Pero algo pasa, alguna neurona aguafiestas me hace descender vertiginosamente, me hace pensar que puedo ser solo un divertimento momentáneo, me hace recordar que sigue siendo como un chiquillo y que posiblemente en mí encuentra la diversión de un rato, algo con qué divertirse mientras no está con su dueño, un pasabocas quizá… cuando estoy muy abajo, de repente aparece, me llama, me dice qué quiere saber cómo estoy, trata de no ser dulce, pero no lo logra…y empiezo de nuevo a subir la cuesta, apoyado por sus palabras, aferrado en mi presunción, a mi alter ego que me dice que podré conquistarlo aunque tenga dueño, que puedo hacerlo feliz, que no me va a importar nada ni nadie, que tiene cosas maravillosas que no debo dejar pasar por alto… y me deja ahí, en mitad del ascenso, pensándolo mucho, extrañándolo más, con ganas de verlo, de sentirlo cerca, y ya con deseos de probar el néctar de sus labios, de romper la barrera del miedo y de una vez y por todas estallar de frente, enredarme en su piel, romperle el cuerpo con caricias, inundarlo de besos, decir todo lo que pienso, escuchar lo que siente, llevarlo aquí y allá, hacer todo lo que me imagino y lo que se imagina, sin miedos, sin ataduras, sin barreras, sin un nombre por allí rondando en su cabeza, que a veces parece rondar más moralmente que sentimentalmente.

Cuando ya estoy en una cresta de la montaña rusa, pienso que en todo caso es doloroso no tenerlo acá cerca, saber que esto que pienso y empiezo a sentir, por ahora debe atenuarse, atenuar mis dudas, no poder sentir celos porque un proyecto de amante no puede sentirse celoso…son tantas cosas, tantos anhelos represados, tantos sueños que él puedes hacer reales, o que simplemente pueden no ser nunca, y allí desciendo de nuevo, al nivel más bajo de la montaña, apabullado por la nostalgia, por la melancolía, por el miedo…y yo que adoro echarle sal con limón a mi heridas, hago sonar una vez más las canciones más dolorosas que me regaló…y desciendo más y más, tanto que ni siquiera las llamadas telefónicas que fantasmas del pasado hacen insistentemente logran sustraerme del letargo, ni hacerme subir unos cuantos peldaños.

Y allí está una vez más, obligando a mis palabras a salir de mis labios, y son tan vendidas ellas, tan fáciles, tan débiles que con una sonrisa se aflojan para llegar a sus oídos… y me hago el difícil, comenzando a subir lentamente por la cuesta, y él me anima con sus llamadas, lo hace una y otra vez, hasta que no resisto más, me lleno de emoción, de fuerza y me quedó allí, anclado a él, escuchando sus palabras, agradeciéndole a Dios por el hecho de que las ondas electromagnéticas me permitan seguir su contacto, saborearlo desde la distancia, rodearlo tanto hasta lograr que diga un poquito más de lo que calla, así sea con metáforas…y entonces llego al punto más alto de la montaña, me siento allá arriba, casi puedo tocar las nubes, y desearía que una de esas nubes fuera él mismo, que me tiendes sus brazos para evitar que caiga, que me deja aferrarme para no tener que bajar nunca más.

Y sin embargo hoy despierto y no sé en qué parte de la montaña estoy, ni en cuál estaré más tarde, y aunque es divertido este juego, quiero saber si algún día, al menos por un pequeño lapso de tiempo voy a sentirme tranquilo, o al menos navegando de su mano.

viernes, febrero 11, 2005

Es un dulce despertar, después de todo

Me hiciste falta ayer, si, si me he acostumbrado a hablarte todos los días, a que me llames o a llamarte si no lo haces...pero ayer tenía mi orgullo rigiéndome y me propuse no hacerlo. ¿te pasaba a tí lo mismo? creo que si fue así se te pasó rápido esta madrugada, o tal vez ni siquiera pensaste en mí y sólo me extrañaste esta mañana.

No, no está mal que me despiertes, es un dulce despertar después de todo, si, siempre he dicho que odio que me despierte el sonido del teléfono, pero acá, en esta lejanía, cuando ese sonido hace aparecer en la pantalla de mi móvil tu nombre: PARCERITO BONITO, y está tu dulce voz preguntándome como estoy...bahh, ya es suficiente para ser feliz, para comenzar bien el día, para quirtarme el sueño. Después de todo es maravilloso regresar a la realidad a través de tu voz.

Aunque, sabes algo, preferiría escuchar esa voz cerca de mi, teniendote acá, a mi lado, abrazandote despacio, sintiendo como tu piel color de luna se mueve bajo mis brazos, no, no es en sexo en lo que pienso, hay algo más allí, inspiras otras cosas anteriores a un libidinoso momento o posteriores a él.

Ya estoy en pie, si, claro que quise llamarte ayer, claro que te pensé, no no creo que sea un animal horrible por no llamarte, es solo que, solo que, solo que me quedé dormido porque estaba muy cansado.

Embalado, embalado por tí...no, no, solo soy feliz.

Ls llamada se acaba y yo pregunto, Acaso cree que me he olvidado de que tiene dueño? cree que ya no sé las barreras que nos separan?...puede creer eso tal vez, pero sé que en el fondo anhela que haga algo que las derribe, que con mis palabras y mis actos le permita olvidar que tiene dueño y más aun que le demuestren que a mi lado será feliz....y sin que él lo sepa, juro que lo haré, así muchos me juzguen, muchos me señalen y otros hasta me odien, después de todo quien se golpeará las mejillas, se romperá las rodillas y rasgará el corazón al caerse de la nube soy yo y nadie más.

Tal vez al día siguente de caerme, vuelvas a llamarme y me despertaré sintiendo que todo puede volver a empezar.

jueves, febrero 10, 2005

In your arms: Feels and Protection

Y no importó la lluvia, las fuerzas de seguridad, la premura del tiempo, llegaste hasta acá, a tiempo, justo a mi lado, y por fin sentí la fuerza de tu abrazo, acolchado por ese buzo tejido que te trajeron de Nobsa…sonreíste un tanto nervioso…mmm ahora estás en mi territorio, de una u otra forma tengo yo el control de las cosas, aunque vengas acompañado, con la intención de que te detengan si algo ocurre…pero eres demasiado tu, demasiado bonito, demasiado cercano, demasiado cercano a lo que quiero, a lo que deseo, parecido a un recuerdo lejano, pero mejorado, dulce, suave.

No sé hasta qué punto este intangible que sentimos, tu a tu manera, preocupado por tu dueño, por no dejar que tu ojos me hablen demasiado, por evitar llegar a un beso, yo paciente aunque ansioso de tenerte, deseoso de conocerte un poco más, de descubrir con las yemas de mis dedos el color de tu piel, preocupado por descubrir la mejor forma de lanzar mi atarraya para atraparte, para tenerte un poquito a mi lado, y luego soltarte y dejarte ir, para que vuelvas a mi lado, por voluntad propia, al fin de cuentas no quiero ser yo quien te ponga grilletes, amo tu libertad, pero tu libertad a mi lado me haría más feliz.

Fueron bonitos los sonidos que me regalaste, esas canciones que pocos escuchamos y que no sé cómo hiciste para saber que me gustaban. No te preocupes tanto, no voy a suponer que cada una de ellas tiene implícita una dedicatoria…aunque quisiera que algunas así lo fueran…sólo que es maravilloso sentirlas en mis oídos, ahora, mientras recuerdo tantos abrazos, mientras anhelo tenerte conmigo una vez más, pero libre.

¿Acaso será que parte de tu magia es el hecho de saber que no estás libre?…bueno, ya conquistaste a mamá, y eso que sólo te vio un par de horas, pero quedó fascinada con tu belleza, con tu ternura, con tu sencillez, con el hecho de que pueda intercambiar contigo conversaciones tejidas…ves, te lo dije PARCERITO BONITO, eso de cubrir tu pelaje de lobo en el disfraz de una oveja da buenos resultados. No, no me predijo el horóscopo que iba a conocer a alguien este año que me iba a hacer daño…no, no te voy a preguntar si es que acaso quieres hacerme daño, por ahora, por el momento, has hecho felices mis días, has logrado que mi vida cambie un poco.

But I can't hide
I won't go
I won't sleep
I can't breathe
Until you're resting here with me

Dice la última canción de tu regalo… y entonces yo me pregunto, y Dios, espero una respuesta, ¿está previsto en el libreto de esta historia sin nombre, un momento en el cual estemos juntos, más allá de las palabras, de los miedos, de las incertidumbres? ¿Hay alguna posibilidad de tenerte a mi lado al despertar una mañana, sintiendo que tus ojos se clavan en mí sin temor a ser descubiertos en algo, viéndote sonreír con dulzura?

miércoles, febrero 09, 2005

Tic - Tac in my head...my heart in your eyes

Si, si, si, estaba esperando tú llamada con desesperación, ansiaba que tu nombre apareciera en la pantalla de mi teléfono: PARCERITO BONITO, anhelaba que me confirmaras tus deseos de verme, de encontrarnos allí donde habíamos quedado. No, no voy a reconocer que en toda la tarde no pude hacer nada de la ansiedad que sentía, y tampoco que sentí mi corazón palpitar en la garganta mientras iba camino a la cita, para qué te voy a decir que vi el tráfico de la ciudad más congestionado que de costumbre, y que sentía un reloj en mi mente todo el tiempo, de la 15 a la 26, de la 26 a la 45, mientras llegaba, un reloj que insistentemente me decía que iba a llegar tarde, que no quería esperar más tiempo para verte, que necesitaba confirmar que estabas allí y que eras en realidad eso que me estaba quitando el sueño. Pues si, y qué, te has metido allí en mi cerebro, habitas en mis sueños, que no siempre tienen finales felices, y no me dejas dormir mucho.

Pero no era suficiente la ansiedad de llegar a la hora en punto al lugar indicado, además de ello tenías que alejarte más. Si, lo sé, te encanta jugar, aun tienes esas cosas de chiquillo, tirar la piedra y esconder la mano, probar hasta qué punto te quieren, hasta qué punto están dispuestos a hacer cosas por ti, cuántas cuadras se pueden caminar para ir a verte… si, ya sé que yo te hice esperar muchas veces, que te dejé en la mitad de la nada y no fui a rescatarte, y creeme, jamás he sido tan sincero como ahora que digo, me arrepiento, no sabía que me perdía de tener a alguien como tu a mi lado, pero heme acá, si, caminando muchas calles para encontrarte, con el miedo de no verte, de que estemos escapando de nuevo, de encontrarte por allí con tu dueño, preso, esclavo, lejano.

Si, se siente bien tu brazo sobre mis hombros, y el afecto que me transmites caminando pegado a mí…hoy estás más cercano que la otra noche, más cálido… si, son bonitos tus amigos, es extraño este lugar en el que estamos. No diré nada, pero me encanta como clavas tu mirada en mí, como se dilata tu pupila mientras tus ojos recorren mi rostro y hablas por teléfono, me encanta que uses mis frases para hablar con tus amigos y me guiñes un ojo al hacerlo, que te acerques un poco más en esta silla, como para hacerme sentir que estás allí.

Y fuiste un libro abierto, escondiste tus lágrimas, me mostraste tu sonrisa, escudriñaste en mis sentidos, descubriste mi estrategia, hallaste mi corazón en tus ojos, desnudo, frágil, a tu merced, pero fuiste sincero, me mostraste una vez más la barrera que nos separa, aunque nuestros ojos jugaran a encontrarse, acariciarse, juntarse y finalmente huir.

Y ahora me pregunto, te pregunto, pregunto a todo el mundo, no podríamos simplemente devolver la historia y volver a conocernos, sin ataduras y sin miedos????

lunes, febrero 07, 2005

Can't Get You Out of My Head

Encerrado en mi mismo, en un recuerdo, en fracciones de segundos compartidos, una y mil veces tu imagen taladra mi cabeza, es la base necesaria para construir una y mil historias a tu lado, hay barreras, mas a mi cerebro poco le importan…si ya sé que tienes a alguien a tu lado, y qué me importa decirte que te he pensado mucho, que habitas mi cerebro y consumes cada vez más neuronas desde aquella tarde en que te vi... mm se oye bien eso de que me has pensado un poco pero no mucho, no, no soy conformista, sólo consciente de que no puedo pedir demasiado cuando sé que otro ocupa tu tiempo, tu alma y tu corazón…ahora bien, y me pregunto, si no me has pensado, como es que me has llamado estos días para saber cómo estoy, cómo es que además insistes un poco si el teléfono suena y suena y yo no lo contesto…no, no quiero respuestas, al menos no de esas que se las lleva el viento, tal vez quiera respuestas de cuerpo presente, que se peguen a mi piel, que se amolden a mi cuerpo.

Si, me encanta tu voz, me encanta tu sonrisa, sabes que no temo admitirlo. Estoy lo demasiado grandecito ya como para andar temiendo decir lo que siento, lo que pienso y hasta dónde quieren llegar mis actos. No, no me hace falta que digas mucho de lo que pienses o sientas hacia mí, total sé que no quieres admitir muchas cosas, y que la huida es tu mejor arma, tu mejor red para atraparme, además, lo que tus labios afirman lo niegan tus ojos, tu forma de mirarme, de entrecruzar las manos. De reír nerviosamente mientras se acerca tu dueño y escuchas mi voz por el teléfono.

Vaya, es extraño y delicioso lo que se siente, si, esto de ser tu amante sin serlo, de jugar a robarte un poco de tiempo, a hacerte pensar en mí y no en tu dueño, no, no estoy asumiendo nada, ni tomando decisiones por ti, simplemente estoy admitiendo lo que en el ambiente se siente, lo que tus miradas revelan y que cualquiera podría descubrir, aquí mismo, mientras espero a que suene un teléfono que podría no sonar, ver aparecer un nombre en la pantalla que podría no ser el tuyo…

Y se pasa el tiempo y sigues allí, en mi cerebro, tomando formas, protagonizando conversaciones, yendo más allá. No, no tanto, aunque parezca difícil de creer quiero ir lento, como cuando disfruto un helado, poco a poco, saboreando cada cucharada, dejando que se deslía en mi boca…así quiero que sea esto, oculto o revelado, verdad o mentira, sueño o locura…así, pero que sea, al fin y al cabo, quien dijo que estaba prohibido pensarte y esperar a que aparezcas de nuevo para que me alegres la tarde.

Olvidando aromas, anhelando olores

No sé si será parte del comienzo del olvido, parte de dejar de sentir ese alguien rigiendo mi vida, o el hecho de que otra persona ocupe unos espacios de mi cerebro que antes sólo le dedicaba a EL, también puede ser la brisa que baja de la sierra y se confunde con la brisa que viene del mar para refrescar esta ciudad en la que me encuentro ahora, lo cierto es que acá he recordado cuál es el olor de EL…no, no estoy diciendo que eso que escribí hace unos días sea falso, igual me sostengo en el hecho de que su aroma no es un aroma natural, pero al menos ya tengo un olor para identificarle, y ese perfume que llegó a mi nariz hace un momento, justo cuando me encierro en la soledad del hotel, me hizo saber que era el de EL.

Es un olor almibarado, como un almizcle, una combinación entre miel y coco. Lo dije, no es un aroma natural, aunque salga por sus poros, debe ser el producto de horas y horas de aceites y emolientes cubriendo su piel bajo los rayos del sol para hacerle cambiar de color. Si, era un olor agradable, pegajoso, atrayente, como la miel atrae a los osos, y allí me había quedado yo, anclado, aferrado a ese olor… pero no ocurre ahora, acá, en este lugar, mientras sopla la brisa, pienso en que de tanto olerlo me dan nauseas, que ahora no quiero un olor a frutas y a costa, a trópico en medio del hielo sabanero. No, quiero un olor humano, que se riegue sobre mi cuerpo, que invada su ropa, un olor natural.

Tu, apuesto lobo con piel de oveja, tu que me llamas desde la lejanía aunque tengas dueño, me vas a dejar saber a qué huele tu piel?? Vas a hacerme olvidar para siempre otro aroma que ahora detesto?

Derechos de posesión

Y es extraño...no quería conocerlo, siempre me escabullí, siempre dudé de que me pudiera interesar…no, no es el mismo de aquella noche de charla cibernética...aunque si conocí primero sus símbolos, sus caracteres y sus letras, y creo que ahora es mi maldición el haber dejado pasar tanto tiempo sin verlo a los ojos, sin saber cómo sonreía… perdí el tiempo en el que estuvo solo, buscando mi compañía, apareciendo insistentemente por allí y por allá mientras yo inventaba excusas para no verle.

Finalmente lo vi, quedé preso en sus ojos, enamorado de su sonrisa, de esa piel de oveja que esconde un lobo, esa piel que solo pude contemplar, que juega a ser tocada pero huye.

Porqué demonios los seres humanos declaramos derechos de posesión sobre otros seres y peor aún, porque algunos seres humanos nos declaramos propiedad de alguien y le entregamos a ese alguien las llaves de nuestra felicidad, negando la entrada a otros propietarios…si, si, maldigo la posesión de los cuerpos y todos sus derechos, pero hoy quisiera ser su dueño, hoy que no he podido sacarlo de mi cabeza, que pienso una y mil veces en las oportunidades perdidas por haber dejado pasar tanto tiempo sin conocerlo, por haber llenado mi cabeza de absurdos prejuicios, por haber creído que una dulce y masculina voz no era precisamente sinónimo de belleza.

Alguna vez apareció en mi pantalla de computador, con el nombre de alguien conocido, las mismas señas particulares y la misma confusión: un corderito desvalido que requiere alivio, un poco de cariño virtual, menos dañino y menos peligroso… no importa, allí estaba yo para hacerlo sentir bien…entonces supe que no era quién creía, en cambio este nuevo ser parecía más maravilloso aunque confuso y misterioso, perdido en el mundo, lleno de dolor y de llanto, un llanto oculto tras sonrisas echas de símbolos y caracteres, los mismos que desaparecieron al poco tiempo, y pasaron a ser simplemente archivos de computador que se borran con un clic…

Apareció de nuevo, haciendo gala de su verdadero nombre, con la apariencia virtual renovada, escondiendo de nuevo sus fisuras y dolores, con un dejo de sinceridad y el deseo de mantener conversaciones de largo aliento. Mi archivo no había sido borrado, me recordó palmo a palmo, palabra por palabra cada una de las charlas sostenidas tiempo atrás…aún me pregunto…será que fui importante en ese entonces, por qué mis palabras se habían quedado ancladas allí, en su escritorio, en su mente, en su vida, y yo en cambio casi ni lo recordaba…aún permanecería allí esa marca dejada, o era sólo un intento por empezar a cavar espacios en mi vida?

Lo cierto es que durante unos cuantos meses hablamos mucho, supe que ya tenía dueño, pero aún así quería aventurarse a conocerme, a saber quién era en realidad este costal de letras, esta marea de poesías con la que hablaba…aparecieron entonces opciones para vernos, todas rechazadas, algunas por exceso de trabajo, otras por falta de interés y unas más, por miedo, por físico miedo a estrellarme con algo que no iba a gustarme, o peor aún con algo que gustándome mucho, no iba a poder tener

Aun tenía la sal y la arena impregnada a mi piel, el sabor de la costa en mis labios, cuando me decidí a romper la barrera, a descubrir quién había detrás de aquella voz dulce…y lo encontré allí, con los libros en la mano, la sonrisa en los labios combinando con el azul del traje y la calidez de su mirada…supe de inmediato que podría perder si quería iniciar un juego, que iba a pelear a muerte por romper los grilletes que ataban su corazón, e iba a intentar ponerle los míos, que lo iba a querer libre, pero libre para mí, sólo para mí…que iba a querer perder siempre con sus juegos de palabras, pero solo si iba a poder tener para mi un trozo de él.

Si él me dejara quitarle los grilletes del alma, con todo mi egoísmo prometo que voy a hacerlo feliz.